Oye el otro dĂa me contĂł tu mujer un chiste tan bueno, pero tan bueno que me caĂ de la cama. Esta era una vez una mujer tan fea, pero tan fea, que cuando fue a un concurso de feas, le dijeron aquĂ no aceptamos profesionales.
Otravez les traigo chistes para alegrar un poco su dĂa, ya que: Una sonrisa no cuesta nada, pero da mucho. Enriquece a quien la recibe, sin hacer más pobre a quien la da. Solo necesita un instante, pero algunas veces su recuerdo perdura para siempre. Nadie es lo suficientemente rico ni poderoso para poder vivir sin ella y nadie es tan. 239 387 160 312 215 102 368 255